jueves, 10 de abril de 2014

Generala Nava, un ejemplo a seguir

Antonia Nava de CatalánAntonia Nava de Catalán heroína de la  Guerra de Independencia de México (1810-1821). También conocida como “La Generala”. Antonia nació en Tixtla (1779) y murió en Chilpancingo (1843). Se casó con Juan Catalán y del matrimonio nacieron ocho hijos. Al estallar la guerra, la familia Catalán se fue en búsqueda del General Morelos, para ponerse a su orden.
Su esposo y sus hijos pelearon en numerosas batallas, pero en 1811 uno de sus hijos es asesinado; el General Morelos quiso consolarla, pero ella respondió: “ha muerto cumpliendo con su deber de mexicano; aquí le presento a los cuatro hijos que me quedan; tres podrán apagar el fuego del enemigo y el otro, por ser todavía un niño, que se le dé un tambor, con el cual redoble el triunfo de nuestra causa”.
Más tarde en 1817, las tropas insurgentes se vieron bloqueadas en Jaleaca y, tras cincuenta días de asedio, la hambruna los desesperanzaba; de ahí vino la orden de tener que sacrificar a algunos soldados. Ante esta situación Antonia Nava y Catalina González (esposa de un sargento) se ofrecieron para ser las primeras sacrificadas para alimentar a las tropas, esto le dio aliento y valor a los insurgentes para seguir luchando y en vez de sacrificarlas les dieron machetes para pelear por la causa.
Doña Antonia Nava de Catalán estuvo presente en 1821 en la firma del Plan de Iguala, luego de haberse proclamado la independencia del país y de haber perdido a tres de sus hijos; dicen que cabalgaba al lado de su esposo, jubilosa al ver consumado el éxito de su lucha.
Actualmente “La Generala” es un vivo ejemplo de lo mucho que aportaron las mujeres a la Independencia de México. 

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